HISTORIA DE LABATA: FORTIFICACIÓN DE LABATA

Labata fue importante núcleo destacado y fortificado en época árabe. Los historiadores ven referencias a él cuando los cronistas árabes hablan de Labeça. Administrativamente formaba parte de la wailia de Huesca y militarmente pertenecía a la cadena de fortalezas que delimitaron la marca superior del Al-Andalus, coincidiendo con la cadena de sierras formada con la de Guara y Gratal. Al tiempo de la reconquista Sancho Ramirez hizo de su iglesia parte de la dotación del Monasterio de Montearagón en 1093.Tras su reconquista el núcleo paso a ser parte del patrimonio real. En su castro estuvo el Rey Ramiro II en 1137.
Resulta muy difícil recomponer la estructura defensiva del núcleo fortificado y delimitar su área, pues no parecen muchos lo restos conservados ya que son escasos los restos visibles, aunque no se han realizado excavaciones. Por los restos conservados y las escasas referencias documentales reafirmadas por el documento comentado, Labata era más que un simple castillo al estar concebido y funcionar como una ciudadela. Así se desprende del termino (castrum) empleado en el documento últimamente citado y relacionado con Labata. Aunque ese documento no era univoco, no parece que Labata estuviera concebida y funcionara de forma distinta a una ciudadela. En su interior podrían acogerse distintas familias, incluso habitantes de diversas aldeas, como se deduce del documento. Esta posibilidad le daba la categoría de ciudadela que la diferenciaba de los castillos. Aunque podían estar cohabitados por diferentes familias, generalmente estaban construido en función de una persona principal que era dueño y usufructuario del castillo.
Ya debió funcionar como ciudadela en tiempo de los árabes, pues pocos años después de la reconquista aparece como tal, tras haber sido ocupada por los reconquistadores, que solían aceptar y conservar de hábitat tal como los habían tenido y disfrutados los árabes. Así se deduce por el documento que Pedro I dona a García Iñiguez, en 1101, las casas y heredad que habían sido de un moro. Formaban parte de esta donación unos casales, espacios descubiertos generalmente al lado de una casa, para que ellos construyeran unas caballerizas. Todo ello debió estar situado dentro del recinto fortificado, pues a continuación añade "et dono tibi smiliter foras illo muro una corte per ad tuas bestias et una era".
A pesar de las limitaciones interpretativas impuestas por los documentos comentados, lo que queda claro en el documento de 1375 es que la fecha de las fortificaciones de Labata eran lo suficientemente amplias para poder acoger en su interior a los habitantes de las aldeas vecinas, y que, por lo tanto formaban parte del sistema defensivo comarcal.

Fuente: Labata restos arqueológicos y documento de 1375.